23 de febrero de 2009

1ª Reunion de Departamento año 2009

Que es una clase secundaria

Campo de batalla y de encuentro de mundos diversos, situación acotada temporal y espacialmente en la que se dan cita el mundo adulto y el mundo adolescente o juvenil, para contrastar y malentenderse o para construir dificultosa y problemáticamente un relativo encuentro que puede resultar también muy enriquecedor para ambas partes.

Momento de choque de culturas, que podría ser aprovechado para dar lugar a una conjugación extraordinaria creadora de valores y exaltación frente a un universo de nuevas posibilidades de vida.

Laboratorio de sentido con protagonistas humanos que están sometidos a dos sentidos simultáneos y contrapuestos: el deseo de zafar (de hacerlo pronto y lo mejor posible pero sin demasiados costos) y el deseo de conectarse y pensar, de reflexionar y producir un intercambio apasionante y orientador, de disfrutar profundamente del momento.

Tierra de nadie, estructurada por un planteo formal habilitado desde el plan social central (al que el tema no le resulta especialmente importante) y habitado por personas que deben optar por quejarse pasivamente de tal abandono o apropiarse del espacio para producir una experiencia vital y enriquecedora.

Extraña ceremonia con resabios de rito religioso pero poseedora al mismo tiempo de perturbadoras referencias a situaciones de amistad y familiaridad que estimulan y tienden a plantear aspiraciones imposibles de satisfacer; momento sagrado en el que la alquimia de los sentidos puede terminar convirtiendo en el oro de la comprensión a elementos en principio toscos provenientes de conciencias no formadas y muchas veces tampoco deseosas de refinamiento.

Que es un alumno secundario




Joven que ha caído en situación educativa sin desearlo, que comprende a veces que es una situación necesaria y hasta valiosa y privilegiada pero no por eso siente que los procesos de formación a los que es sometido con diversas intenciones (a veces buenas, a veces inerciales, a veces sádicas) tengan demasiado sentido.

Joven desorientado que intenta cumplir medianamente con cosas que se esperan de él pero a las que al mismo tiempo no puede dejar de sentir como arbitrarias e inadecuadas, capaz a veces de llenar más o menos efectivamente con el rol en el que se lo encaja pero sumido en profundas confusiones de todo tipo que le hacen muy difícil la construcción de un sentido de la vida pese a que lo necesita violentamente.

Joven necesitado de orientación en todo tipo de cuestiones pero al mismo tiempo necesitado también de oponer resistencia a los intentos por dársela, en parte porque está sometido a necesidades de tensión y enfrentamiento determinadas por su momento en del desarrollo de la personalidad, pero en parte también porque la orientación que se le ofrece no suele tomar demasiado en cuenta su realidad.

Persona estallando, sujeto en proceso de veloz constitución, padeciente de decenas de procesos simultáneos de desenvolvimiento que exigen de él más de lo que puede dar.

Persona nueva, asustada y ambigua, individuo sometido al peso de posibilidades infinitas a las que desea y teme al mismo tiempo, abrumado por la convergencia de muchos problemas que eclosionan simultáneamente: necesidad de diferenciarse de su familia (a la que lo unen sentimientos de amor y odio en rápida sucesión); imperativo físico de contacto corporal con otros cuerpos; necesidad de determinar aunque sea imaginaria y parcialmente una imagen del futuro que ordene su caos presente y le otorgue una dirección; enorme necesidad de recursos económicos que por otra parte le resulta tremendamente difícil obtener (dada su escasa preparación y las pocas riquezas que posee para ofrecer en el siempre exigente mercado de trabajo); tendencia a la emoción fuerte, deseo de aventura y necesidad de experiencias varias; apasionada necesidad de autenticidad en una etapa del desarrollo personal que por cambiante hace vacilar todas las determinaciones de la realidad; etc.

Que es un docente secundario

Ex alumno que ahora enseña, que con suerte y capacidad consiguió hacer algo con su anterior situación de caos y exigencia pero suele no estar demasiado satisfecho con la solución de los mencionados problemas.

Persona que siente que debe aparentar tener resueltas cosas que tal vez no tiene, porque cae en la general tendencia a considerar que el lugar del saber compromete a los sujetos a ofrecer una apariencia de solidez y carencia de duda, persona que no termina generalmente de captar hasta que punto su fuerza se vería beneficiada con la aceptación de sus propios límites y que no suele percibir con facilidad como esa aparente debilidad le daría respecto de sus alumnos una posición más verosímil y más adecuada para tratar con la enorme cantidad de requerimientos que se le vienen encima.

Persona en rol activo que encarna el sentido de una institución a la que al mismo tiempo que convalida somete a todo tipo de sospechas y desvalorizaciones, porque esa actitud de restarse le resulta un valioso recurso a la hora de justificar su incapacidad para cumplir con las metas fijadas. Persona que invalida las metas de la institución pero no logra con facilidad establecer metas propias que las suplanten. Persona que se queja de la institución pero encuentra en su queja un constante consuelo y una pequeña satisfacción.

Sujeto de variable capacidad de involucración y afecto por los grupos humanos de alumnos con los que debe trabajar: a veces muy dado a sentir la necesidad del alumnado (al punto de experimentar una fuerte sensación de impotencia, que le hace perder de vista la riqueza que sin embargo él mismo –o ella misma- tiene para ofrecer), a veces superado por los acontecimientos de su propia vida (al punto de no poder responder al peso de la demanda de los chicos y adoptar entonces una mera estrategia de supervivencia), a veces persona que transfiere al mundo de los alumnos como fórmula de resolución de los conflictos que estos padecen su propia pobreza humana, contagiando resignación, crítica, desencanto, sadismo, indiferencia y frialdad.

Persona clave en el desarrollo de una comunidad e incluso de un país. Todo profesor o profesora participa de esta condición, es la formadora social de actitudes y de valores, la persona a cargo de estructurar la aventura de vivir haciéndole frente a las dificultades que naturalmente la vida siempre ofrece. La tarea recae de manera especial sobre los docentes de filosofía (y psicología, y sobre los que adoptan por voluntad o deseo propio la tarea de contagiar pensamiento) porque son los encargados de formar la cualidad de las cualidades: la capacidad de pensar y de elaborar las formas propias y creativas con las que una persona adquiere su carácter más poderoso y plenamente humano. Líderes de formación en temas básicos como comprensión, responsabilidad, despliegue del deseo y aplicación de las fuerzas en realidades abordables.